Porque tenemos que esperar a que alguna dificultad nos convenza de que somos seres mortales y es entonces cuando le empezamos a tener miedo al instante final de nuestras vidas.
Evidentemente hemos perdido una parte importante de la espiritualidad en esta nueva humanidad más volcada a lo material que las cosas del espíritu; y al no estar preparado para lo trascendente; la crisis en nuestro sistema de creencias nos hace realmente temerosos.
Tememos envejecer, que se nos note en las arrugas, que ya no seamos tan atractivos como personas; en pocas palabras le tememos al futuro.
Es hora de empezar a cambiar nuestra forma de pensar, darnos cuenta que cada etapa de la vida es maravillosa, rescatar de cada década lo mejor del camino y pensar que realmente el presente es el que vamos construyendo día a día con nuestra fortaleza mental y nuestra esperanza es el futuro.
busquemos en la fuente inagotable del destino los sueños que aún no hemos cumplido y vamos a cumplirlos.
Hoy es el día, Atrévete a ser feliz
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